La máquina termina imponiéndose al corazón

Al haberse celebrado en Boadilla del Monte este fin de semana la Minicopa Asobal de balonmano, os dejamos la cobertura al completa que ha hecho Ciudad Aumentada de la Copa del Rey celebrada por los mayores en el Madrid Arena.
Como ya sucediera en la Liga Asobal, el Recoletas Atlético Valladolid volvió a hacérselo mal al FC Barcelona Lassa en los cuartos de final de la Copa del Rey. Una mayor intensidad defensiva de los catalanes en la segunda mitad, unida al bajón físico de los este viernes visitantes, decantaron el encuentro. Los de Xavi Pascual se terminaron imponiendo 34-30 a los vallisoletanos y este sábado jugarán las semifinales ante el Puente Genil, que dio la sorpresa eliminando al Granollers.
La lógica tardó en imponerse, pero finalmente lo hizo. Un Madrid Arena con más colorido que los tres partidos anteriores -y deseosa de que cayera el favorito, o al menos que lo pasara mal- recibió a FC Barcelona y Valladolid. Y lo que se vio en la grada se trasladó a la pista: unos pucelanos on fire empezaron mandando en el marcador. El ataque funcionaba y César Pérez detenía todo lo que le llegaba, como si fuera una máquina escupe bolas. La desventaja de los barceloneses oscilaba alrededor de los tres goles, con momentos peligrosos en los que casi doblaban el marcador (el Valladolid tuvo opción de 5-10, que desaprovechó). La tormenta se estabilizó en el descanso, al que los equipos se marcharon 14-17.
O eso parecía. Lo que hubiese resultado esperable era que el FC Barcelona Lassa hubiese metido una marcha más para encaminarse hacia la victoria. Y en realidad lo hizo, aunque con un retardo de diez minutos. Y es que los pucelanos salieron con gasolina de vestuarios y ampliaron la ventaja hasta cinco (14-19). La cosa se ponía seria y Pascual empezó a utilizar una táctica de siete contra seis en ataque y la utilización del doble pivote. Los tantos en una portería se detuvieron, mientras que en la otra no paraban de caer.
Parcial demoledor
La muralla defensiva catalana se hacía infranqueable, muriendo los ataques visitantes ahí, en la zona central. Y si algo pasaba, detrás estaba Gonzalo Pérez de Vargas, desde hacía un rato ya en pista. Las contras se sucedían y en ataque estático, volcados por el costado derecho de Dolenec y Lenne, el resultado empezó a cambiar. Como refuerzo de lujo, Palmarsson saltó a pista. Resultado: parcial de diez a uno para el Barça. Entonces el electrónico ya marcaba 24-20 y todo había cambiado.
Después de haber sacado la apisonadora, el Barça controló los impulsos del Valladolid, a los que ya les empezaban a fallar las fuerzas. Los jugadores entrenados por David Pisonero tomaron los lemas del Atlético de Madrid, que hablan de “Coraje y corazón” y “Nunca dejes de creer“, y se mantuvieron en pie y en el partido. Pero las ganas no son siempre suficientes: los locales pusieron cabeza y controlaron el encuentro con la misma fórmula de defensa y castigo por el flanco derecho.
El partido entró en el último minuto con 33-30, ya asumiendo todos lo que acababa de suceder. El Barça cumplía con lo esperado, con esfuerzo y encontrando resistencia, y el Valladolid se marcharía a casa con todos los honores. Un tanto más dejaría el marcador en 34-30. La Copa, dignificada y los de la Ciudad Condal, un paso más cerca del Doblete.
Texto y foto: Álvaro Díaz (@AlvaroDiaz_87)
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