Sara de la Varga: «La Violencia de Género es, junto al terrorismo, la mayor lacra que puede haber en una sociedad»

Sara de la VargaDe la Varga es concejala de Educación, Familia y Servicios a la Ciudadanía, teniendo entre sus competencias el Área de Mujer y, en concreto, el Punto de Violencia de Género de Boadilla. Hablamos con ella, en el marco del Día Internacional contra la Violencia de Género, sobre este tema y cuál es la situación que se vive en Boadilla al respecto.

Pregunta: ¿Qué se hace desde el Ayuntamiento de Boadilla en relación a la Violencia de Género? ¿Podría explicarnos las funciones del Punto Municipal de Violencia de Género?

Respuesta: Fundamentalmente para dos cosas. Primero para atender a aquellas mujeres que se encuentran en una mujer de riesgo, sin que ellas hayan tenido por qué sufrir una agresión, sino que se consideren en riesgo. Se realiza una evaluación y eso puede derivar en una situación más grave, o afortunadamente, en una situación que puede haber sido una agresión no necesariamente física. Y por otro lado, y no menos importante, la labor de prevención, que es lo que a mí me tiene obsesionada. Acabaremos con la Violencia contra las Mujeres si conseguimos prevenirla. De nada sirve lamentarse cuando se produce un fallecimiento o una agresión grave…hay que ir al meollo de la cuestión. Y eso es la educación, la concienciación, la sensibilización…lo podemos llamar de mil maneras. Ésas son las dos funciones que se hacen desde el Punto: atender y prevenir.

Usted es, precisamente, concejala de Educación ¿cómo se realiza esa labor de concienciación en los colegios de Boadilla?

Nosotros hemos detectado que los adolescentes ya no son como antes. Con 11 ó 12 años los chavales es un hombre o una mujer, ya no un niño. Por eso precisamente desde edades cada vez más tempranas hay que educar y concienciar. ¿En qué sentido? En que determinados comportamientos que se pueden ver frecuentemente en TV, en programas que no voy a mencionar pero que todos tenemos en mente, o en las redes sociales, esos comportamientos han de ser reprobados. ¿Y cómo lo hacemos? En su lenguaje: con una aplicación para móvil /, con un concurso de selfies y ahora, en esta nueva campaña, haciéndoles partícipes en la elaboración de los carteles precisamente por la celebración del Día contra la Violencia de Género . Les decimos: que a ti un adolescente te diga ciertas cosas es algo que no tienes que consentir, ni aguantarlo.

Tratamos de hacer mucho hincapié en una cuestión muy importante como es la igualdad, que hombres y mujeres somos iguales. Trabajamos en evitar comentarios como «este niño es el guapo y este es el feo; esta niña es delgada y la otra la que está más gordita». Todas esas cosas son el germen de la futura Violencia de Género. Hay que ir a los centros, educar, prevenir, pero, insisto, con sus medios (móviles, redes sociales) y en su lenguaje.

Sin embargo, las cifras no hacen que podamos ser especialmente optimistas (mujeres asesinadas, percepción de este problema por parte de la juventud) ¿qué es lo que está fallando?

Hay que incidir en la prevención. Quizá, de manera histórica, hemos pensado que la educación se da en las familias. Y por supuesto que es así, pero también se hace en la escuela. Un adolescente pasa más horas en su centro educativo que en contacto con sus padres. Yo, que hablo con chavales que están en los últimos cursos de Secundaria o Bachillerato, sobre todo con las niñas, las mujeres, vaya, y te dicen: «Es que…esto» y tú tienes que decirles: «Es que eso no es normal». Lo tienes que frenar. Y con ese joven adolescente, hombre, desconoce en la mayoría de casos lo que está haciendo mal. Ahí es donde hay que rascar y ver.

Y queda mucho trabajo por hacer ¿no?

Es un trabajo constante y hay que ir adaptándose a los nuevos tiempos. Yo creo que estamos muy concienciados pero todavía lo tenemos que estar más. El trabajo con las familias, a través de campañas, pienso que se está haciendo más pero, yo, insisto, hay que trabajar mucho en la prevención y en la educación: transmitirles que no todo lo que ven en la tele o en las redes sociales está bien, que miren lo que han visto en sus familias.

Una vez que el daño ya está hecho, la Justicia actúa. ¿Es el código penal, en su opinión, lo suficientemente severo en lo relativo a la violencia de género?

Con la Violencia de Género hay que ser inflexible. Para mí es, junto al terrorismo, la mayor lacra que puede haber en una sociedad. Agredir a una mujer, generalmente, por el hecho de ser mujer, es algo que en el siglo XXI no debería existir. Todo lo que sea endurecer, desde mi punto de vista, es necesario.

Aquí en Boadilla existe una unidad de Policía local especializada y mantenemos reuniones en la Mesa de Violencia de Género, precisamente. La Justicia tiene que ser rápida y contundente. Si se tiene que decretar una orden de alejamiento, que se haga casi de forma instantánea, pero también soy consciente de que los procesos y los tiempos son los que son. La Policía y la Guardia Civil hacen una labor extraordinaria  También es importante otro aspecto: cuando se produzca una situación, hay que denunciar, comunicarlo.

¿En qué momento tiene que venir la mujer aquí?

Al más mínimo detalle. Yo siempre digo que es mejor prevenir que curar. Cuando una mujer se sienta mínimamente atacada, que acuda, porque aquí hay profesionales que sabrán ayudarla. Para mí el maltrato psicológico es tan grave como el físico. Es el que no se ve y eso también hay que evitarlo. Cuando una mujer se siente atacada, ninguneada, utilizada, humillada en su vida privada…cuando se detecte eso hay que venir y decir: yo tengo esta situación. No digo este problema, digo situación. Y las profesionales le darán pautas para encarrilarlas y por supuesto no tener que llegar a una situación de dramatismo absoluto.

¿Cuál es la actual situación de Boadilla en relación a la Violencia de Género?

Yo lo tengo que dejar muy claro: Boadilla es una ciudad muy sensibilizada. Desgraciadamente hemos vivido un caso que a todos nos ha impactado, como es el caso de María Piedad. Eso nos ha hecho pensar a todos que no vivimos en una «aldea gala», sino en una sociedad que esto existe. En Boadilla se trabaja mucho y muy bien y se evitan muchos casos. Existir existen pero muchos menos que en otros municipios porque creemos que esa labor de prevención se está haciendo muy bien.

Tenemos un número de mujeres que están en atención, eso no quiere decir que hayan recibido una agresión. Gracias a Dios, casos graves, como el de desgraciado caso de María Piedad, solo hemos tenido uno. Aunque con esto hay que ser cauto, el teléfono puede sonar en cualquier momento para indicar que hay un caso de extrema urgencia pero creo que estamos yendo por el buen camino y dando la atención adecuada.

¿Se puede establecer un perfil de la mujer que viene a pedir ayuda al Punto de Violencia de Género?

Desgraciada, o afortunadamente, no lo sé, porque es algo impredecible, no distingue de formación académica, condición económica o de edades. Hay mujeres que después de 35 o 40 años de matrimonio se dan cuenta de que han estado sufriendo unos episodios de violencia constantes porque han cogido un folleto de información o al responder a determinadas preguntas. Hay mujeres adolescentes que están sufriendo también episodios de sus parejas en el instituto…

Cuando se habla de Violencia de Género, se habla de una violencia ejercida por el hombre sobre la mujer…

(Interviene De la Varga) Cuando se habla de Violencia de Género se habla de una Violencia entre los Géneros, sin que se distinga entre hombre-mujer, mujer-hombre, hombre-hombre, mujer-mujer. Hay que ser realista y la mayor parte de los casos son de los primeros.

A día de hoy, por ejemplo, no ha sucedido que un hombre acuda al Punto de Violencia de Género de Boadilla porque se sienta agredido.

No.

Boadilla, en torno a este Día contra la Violencia de Género, ha realizado, está realizando y realizará actividades de concienciación ¿Nos podría hablar un poco más de ello?

Para esta jornada había que hacer un cartel y pensamos…¿qué mejor que lo hagan los centros educativos? Esos carteles están expuestos en el Auditorio Municipal, donde estarán toda la semana y el ganador, después de las votaciones en la página web, ha sido el que hemos estado utilizando estos días. Era importante saber cómo veían los jóvenes este día. Creo que el repertorio de los carteles es muy ilustrativo: la gran mayoría lo ha transmitido en positivo, no lo ven como una agresión, sino en igualdad, con un concepto de familia. Es algo de lo que sentirse orgulloso. Si cuando hubiésemos recibido los carteles todo hubiese sido agresión o violencia, habría que habérselo hecho mirar. También se van a proyectar (la entrevista con la concejala se hizo este martes) unos cortometrajes, para un público diferente de población, y habrá un debate posterior con gente del Punto de Violencia de Género; mañana (por hoy) se va a hacer un concierto, con la colaboración del Coro Municipal, para otro perfil diferente.

El fin de semana habrá un curso de defensa personal, para que la mujer se sienta segura. Si una mujer piensa que es capaz de autoprotegerse, las cosas se enfocan de otra manera. Es algo que funciona siempre bien pero que no se hace únicamente en esta época del año, sino también se ha hecho en febrero, en marzo…Y por la tarde habrá una actividad en familia, por lo que te decía al principio: concienciar desde pequeñines. Voy con mis padres a una actividad deportiva en familia ¿para qué? Pues por este motivo. . Creo que, como son actividades diferentes, nadie tendrá «excusa».

Aún así, estas actividades se unen a actividades que ya estamos haciendo el resto del año desde la concejalía de la Mujer no solamente cuando llega esta semana. No nos quedemos en solo lo de esta semana. Se está trabajando durante todo el año.

Nos quedamos con ese mensaje de que la lucha contra la Violencia de Género hay que hacerla, y se está haciendo, los 365 días del año

Hay que decirlo muy alto: «No a la Violencia de Género, no a la violencia contra las niñas». Los 365 (o 366 días), las 24 horas. No me cansaré de repetirlo: concienciación, educación, prevención. Ése es nuestro compromiso.